El mito que da nombre al narcisismo y que nos avisa de de que no debemos sobrevalorarnos, el mito de Narciso es otro corto mito de origen griego el cual además está profundamente vinculado al anterior. El mito nos dice lo siguiente.
“Hijo del dios Cefiso y Liriope, Narciso era un joven muy hermoso y atractivo, que según el gran adivino Tiresias viviría muchos años siempre y cuando no viera su reflejo. El joven generaba la admiración tanto de hombres como de mujeres y era consciente de su atractivo, hasta el punto de ser altamente engreído y despreciar las virtudes y sentimientos de los demás, entre las cuales se encontró la ninfa Eco o el joven Aminias.
A este último le entregaría una espada, con la cual el joven rechazado se daría muerte. Poco antes de morir, rezó a la diosa de la venganza Némesis pidiendo que Narciso conociera el amor no correspondido. La deidad respondió. Un día, al acercarse a beber, Narciso vio su reflejo en el agua de un estanque y se enamoró perdidamente de él. Finalmente, intentando acercarse a su amado, Narciso cayó a las aguas y terminó por morir ahogado".
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